Complejidad, salud mental y neurodanza

Complejidad, salud mental y neurodanza

 

Francisco Gómez-Mont Ávalos


Segundo Coloquio Iberoamericano “Imaginación Transdisciplinaria, Neurociencias y Artes Escénicas 2022”
XVIII Coloquio de Neurohumanidades 2022.
Neurodanza y salud mental IV – 29 al 31 de marzo
Conectoma y complejidad-VII – 29 al 31 de agosto

El XVIII Coloquio de Neurohumanidades, con 125 conferencias, tuvo lugar de febrero a noviembre del 2022. Esta crónica hace referencia a las primeras 44 conferencias llevadas a cabo entre febrero y marzo del 2022 en el Instituto Nacional de Psiquiatría y la Universidad Autónoma de Chiapas.

Anima la ilusión en nuestra red en Neurodanza de poder aprovechar la avalancha de conocimientos de la biología molecular y de tecnologías de neuroimágenes para promover la utilización de la danzaterapia en la promoción de la salud mental.

Nos motiva no solo la teoría, sino que, del punto de vista práctico, es un proceso en apoyo al anteproyecto de Cristina Medellín de una maestría en Arteterapia en el Departamento de Danza de la Universidad Autónoma de Querétaro.

Los avances neurobiológicos en el área de la interocepción han permitido mapear la representación del sistema simpático y parasimpático en los dos metros cuadrados de corteza cerebral. El libro de Manos Tsakiris “The Interoceptive mind” ha consolidado un grupo que incluye neuropsicoanalistas, expertos en estética experimental; y a Mariana von Mohr del Royal Holloway University en Londres. Ella es nodo fundamental y fundacional de la Neurodanza en México. Ella desde sus inicios en el 2018 participa en los coloquios de Neurohumanidades. Hoy estudia lo que los anglosajones llaman “social touch” y nosotros iberoamericanos llamamos “caricias fraternales”. El sentir tus visceras y tus cambios metabólicos y aprovechar esas señales de tu cuerpo para cuidarte mejor son ingredientes de la salud mental.

Estas inquietudes transdisciplinarias se desarrollan en el contexto de un momento histórico de liberación femenina de muchas arbitrariedades patriarcales y la generación de un clima de libertad de expresión que enriquece mucho y permite a las mujeres hablar con claridad sobre temas antes tabú como orgasmo, menstruación, aborto, próstata femenina, clítoris, las fragancias vaginales o la belleza del glande y, sobre todo, de la legitimidad, intensidad y belleza del amor entre dos mujeres.

En danza hay mucho talento introspectivo. Las bailarinas tienen mayores capacidades interoceptivas y propioceptivas incluso que los músicos. Además, su ciclicidad lunar, el ciclo ovulación/menstruación, mediada por estrógenos y progesterona da a las damas una mayor complejidad metabólica y variedad de señales del estado interno de sus vísceras.

Laura Eufemia Corral, doula ecuatoriana, nos propone el autoconocimiento a través de la escucha interoceptiva personal y la ciclicidad ovulatoria. Añade que el parto puede no ser doloroso e incluso tanto ella como Ana Zarak hablan del “parto orgiástico”.

Se presentó el primer mapa detallado del conectoma del Sistema Nervioso Autónomo.

Por fin, después de siete coloquios de Neurodanza en México, alguien con mirada cinematográfica y musical se animó a hablar, indirectamente, de brujería, de masonería, de magia y de hechicería y su relación con la danza. Lo hizo a través de un análisis cinematográfico de las dos versiones de “Suspiria” (Dario Argento, 1977).

Al invocar “La Consagración de la Primavera” de Stravinsky con el apoteósico final de “Suspiria” por Luca Guadagnino (2018), el profesor de composición del CENART nos ayuda a ver y sentir la enorme dimensión ritual, mítica y sagrada que trasciende los límites del cine de terror y nos eleva al cáliz del espíritu absoluto rebosando infinitud.

Otro tema que el músico Andrés Franco nos puso en la agenda fue el de la figura del psiquiatra en el cine. En Suspiria-II, se representa a un psiquiatra estudioso de la brujería quien corre por las calles de Berlín para oír una conferencia de Lacan. Recordemos que la psiquiatría ha estado involucrada en temas de brujería desde el “Malleus Maleficarum” (1487).

Durante siglos, la identidad de la emergente profesión de “alienista” se forjó, en discusiones entre teólogos y médicos, el sistema taxonómico en la psiquiatría hoy, el DSM-5 (2013), “Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders”, tiene en sus orígenes este antiguo sistema para diagnosticar “brujería”. El “martillo de las brujas” oficializó la persecución de las parteras y preparó el terreno para ser sustituida por la ginecología y obstetricia hospitalaria actual, con muchos cirujanos fanáticos del bisturí y la anestesia.

Se nos recomienda a los psiquiatras analizar otros temas, como el de la demencia senil. Claro, uno piensa en filmaciones del Macbeth de Shakespeare o del punto de vista del enfermo en la película “The father” con Anthony Hopkins.

Esta importancia del arquetipo de la bruja fue afirmada por Jessica Jiménez y Aura Frola, quienes coinciden en señalar que el periodo de sangrado menstrual se relaciona con las ideas de las brujas.

Un reciente y sorpresivo hallazgo de la neuroimagen se relaciona con los profundos cambios en la estructura y en la conectividad cerebral, durante los fenómenos de excitabilidad en la fase estrogénica y de turbulenta inhibición en la fase progestacional del ciclo ovulación/menstruación, ciclo de “expresión/recogimiento”. Para Laura Eufemia “se puede tener consciencia de la ovulación.El útero es el segundo corazón”.

Históricamente, la producción de las píldoras anticonceptivas con esteroides estrogénicos y progestágenos fue labor de cientos de miles de campesinos que extraían el barbasco del sureste mexicano para que un privilegiado grupo de bioquímicos de esteroides (en la empresa farmacéutica Syntex) inventara el cómo, a partir de la diosgenina de la planta, se podían producir hormonas sexuales humanas.

Este es el evento de impacto mundial más importante en la historia científica del México del siglo XX, la píldora anticonceptiva, ligada en la medicina mexicana a los laboratorios Syntex, al Instituto de Química de la UNAM, al laboratorio de hormonas esteroides del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, al laboratorio de hormonas esteroides del ingeniero Esteban Volkow Bronstein, al laboratorio de bioquímica de esteroides del Centro Médico del IMSS de Oscar Domínguez Vargas y al laboratorio de bioquímica de esteroides en el principal consultorio privado de endocrinología en nuestro país en los años setenta.

Las investigaciones de la red de Neurodanza nos han motivado a tomarnos mucho más en serio la complejidad metabólica de los músculos y la refinada sensibilidad de las multinucleadas fibras musculares de la laringe, del de los movimientos oculares, del corazón, del útero, de las arteriolas, del sistema gastrointestinal, del psoas y el bíceps. los movimientos mediados por los precisos músculos del ojo nos son de sumo interés. Su control cerebral es notable, ya que cada movimiento se basa en una predicción de donde en el campo visual hay algo de valor antes de enfocarlo en el centro de la retina donde existe una alta densidad de receptores al color. El monitoreo de los finos músculos oculares es una interfase fundamental de la realidad virtual, de la realidad aumentada y eventualmente del futuro “metaverso”.

Quisiéramos entender que debemos pensar de aseveraciones frecuentes en la ecología de las artes escénicas como “memoria corporal”, o “el cuerpo piensa”. Nos interesan mucho las observaciones de Wilhelm Reich (armadura corporal), Ida Rolf (rolfing), Arthur Janov (primal scream) y Moshe Feldenkrais (movimiento con énfasis en las propiedades de plasticidad cerebral de sus prácticas).

Los efectos positivos sobre la salud metabólica, mental, social y espiritual de la música, del ejercicio, de la interacción social y los estados meditativos que produce están muy bien documentados. Cada semana se publican varios estudios que apoyan el valor de las arteterapias. La danza agrupa estos cuatro ingredientes en sus experiencias con algo más: la espiritualidad, el contacto con lo sagrado, los estados expandidos de consciencia, la disolución del ego y el éxtasis. La danza logra sinestesia funcional en el espectador entre áreas cerebrales musicales, motoras y visuales. la danza es integrativa.

Los intereses de los cien miembros de la red de Neurodanza y del Centro de Investigación en Neurohumanidades han convergido alrededor de ciertos temas: energías, frecuencias, vibraciones, reverberaciones, sincronizaciones, actividades neuronales intrínsecas, espontaneidades, consciencias expandidas. Entre los participantes de la red de Neurodanza destacan: la filosofía ecoteológica de la danza de Ángel Méndez, el ciclo menstrual como mapa de Laura Eufemia Corral, las vinculaciones de la experiencia BUTOH de Eli Elan con las teorías sintérgicas de Jacobo Grinberg. Ella experimenta en carne propia las teorías holográficas de la mente y el contacto con el laticce espacial como una forma sublime de conciencia expandida con riqueza sanadora. Las Dakinis y la energía del tantrismo como rescate de la sabiduría femenina de Caligo Choréftria. Insiste que el tantrismo ha sido trivializado dándole un enfoque predominantemente sexual cuando en realidad se trata de una vida de liberación espiritual muy amplia, profunda y de las más elevadas; la relación entre el canto y la vibración laríngea de Carolina Bevacqua; la relación que plantea Joseline Vega entre el imaginario diurno (solar, ascendente, heroica), mediada por los músculos antigravitatorios, y apolíneo (con los dos tipos de imaginarios nocturnos: el de descenso al inframundo relacionado con los músculos digestivos y el régimen cíclico copulativo relacionado con las contracciones en el acto amoroso).

En este contexto, el foco de interés del cuarto Coloquio de Neurodanza y Salud Mental es el tema de la “imaginación transdisciplinaria”; el descubrimiento de la red neuronal basal (default mode network) ha esbozado a las ciencias del imaginario un substrato experimentalmente accesible de acción cerebral, un sistema orgánico, siempre activo menos cuando está enfocado a algún asunto mundano el cerebro ejecutivo de la atención enfocada y la comunicación instrumental. Según Joseline Vega, el imaginario diurno y el imaginario nocturno están basados o en la musculatura antigravitatoria o en la musculatura digestiva y la musculatura rítmica copulatoria.

El tema de lo sagrado rebasa a la medicina “basada en evidencia”. Sin embargo, el modelo médico con el que el maestro de la Fuente inaugura su Instituto era profundamente humanista. El modelo médico en años posteriores se orientó más a lo farmacológico; esto opacó los múltiples modelos de atención médica que nos enseñaban los maestros Ramón de la Fuente Muñiz y Carlos Pucheu Regis en los setenta y ochenta. Antropólogos como Luis Berruecos y Scott Robinson dejaron de circular en nuestros pasillos. José Luis Díaz dio un giro a la filosofía analítica y a la ciencia cognitiva y dejó de hablar de etnopsicofarmacología, disciplina de la que fue fundador en México en los años setenta, cuando practicaba meditación vipassana.

El doctor Michael Winkelman presentó por primera vez en su larga vida académica.

Muchas de las ponencias de “Neurodanza y Salud Mental IV” son de corte antropológico con fuerte vinculación a lo sagrado y a temas de chamanismo (técnicas arcaicas del éxtasis). La presencia de sustancias como psilocibina, mezcalina, nicotina es hoy de gran interés terapéutico, razón que vuelve obligatorio el volver a poner (después de treinta años de penetración medicamentosa) en la agenda de los horizontes epistemológicos del Instituto Nacional de Psiquiatría el tema de lo sagrado. La bancarrota espiritual de la modernidad merece nuestra atención. Las personas que “creen en algo más” son más longevas.

Desde su consolidación en los años ochenta del siglo XX, El Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz ha cuidado el área de la arteterapia. Esther Murrow comenzó estudios de danzaterapia aquí hace 40 años, continuados después en musicoterapia en alianza con la facultad de música de la UNAM por José Luis Díaz y Enrique Flores Gutiérrez.

Todos estos temas se presentaron y discutieron en el cuarto Coloquio Iberoamericano “Neurodanza y Salud Mental IV” en el Instituto Nacional de Psiquiatría los días 29, 30 y 31 de marzo del 2022.

Las grabaciones pudieron ser escuchadas en el sitio electrónico oficial del Instituto, en línea y en momentos posteriores al evento.