A los Cien Años de la Visita de Pierre Janet a México

A los Cien Años de la Visita de Pierre Janet a México

Héctor Pérez-Rincón García


En septiembre de 1921, la Universidad Nacional de México (todavía no Autónoma), celebró el XV aniversario de su fundación por Don Justo Sierra, dentro de las Fiestas del Centenario de la Independencia en 1910, heredera vergonzante de la Real y Pontificia creada por Carlos I de España (Emperador Carlos V), en 1551 (y clausurada por los liberales de la Reforma en 1833, que la consideraron “inútil, irreformable y perniciosa”) con una serie de conferencias dictadas por distinguidos profesores invitados, la mayor parte de ellos franceses. En el área de la medicina destacó la presencia de una de las figuras más distinguidas de Psiquiatría internacional de ese entonces, el Profesor Pierre Janet (1859-1947) . Originalmente Janet fue un filósofo que se interesó por uno de los temas en boga a finales del siglo XIX: La histeria y el hipnotismo. Fue así como entró en contacto con el profesor Jean-Martin Charcot, el “Napoleón de la Salpêtrière”, para quien Gambetta había creado la primera Cátedra de Neurología del mundo. Charcot le aconsejó que estudiara medicina para poder comprender cabalmente los temas de su interés. Así lo hizo y su maestro creó para él el laboratorio de psicología de ese famoso hospital parisino.

La influencia de la medicina francesa era muy notoria en esa época, y lo fue, como es sabido, hasta la Segunda Guerra Mundial. Todos los alumnos que seguían en este país y en todos los demás la carrera de medicina, debían conocer la lengua francesa pues la mayor parte de los textos en los que estudiaban estaban escritos en ese idioma. Más aún, algunas editoriales francesas muy prestigiosas tenían una sucursal en México y publicaban traducciones al español para los estudiantes de educación básica y media. No es ocioso recordar a este respecto que el propio General Álvaro Obregón publicó, en 1917, su libro “Ocho mil kilómetros en campaña” en la sucursal mexicana de la Editorial de la Viuda de Ch. Bouret. Además, como bien lo señaló en la inauguración de la Universidad Don Justo Sierra en 1910, la Real y Pontificia se construyó sobre el modelo de la Universidad de Salamanca, en tanto que la nueva lo hacía bajo el apadrinamiento de la de París.

La influencia de las editoriales francesas en la mente de los estudiantes mexicanos de todos los niveles queda de manifiesto en la anécdota de la escritora María Enriqueta Camarillo (1872-1968) * . Habiendo estudiado durante su infancia y adolescencia en libros editados por la Editorial Ch. Bouret, construyó en su mente una versión de la fachada del edificio en la Rue Visconti. Al llegar a Paris solicitó a la carriole que la conducía a su hotel, que pasara primero a la dirección de esa editorial. Cuando faltaba poco para llegar, temerosa de que la realidad no estuviera a la altura de lo que había construido su fantasía, la detuvo y le ordenó regresar.

En 1925 México se encontraba, como Europa, también en un período “entre dos guerras”, en nuestro caso la fase armada del movimiento de 1910 y la Guerra Cristera. Calles tenía un año de ocupar la presidencia y Vasconcelos, el mismo tiempo de haber dejado la Secretaría de Educación Pública. No obstante, el intenso movimiento cultural propiciado por el ministro de Obregón continuaba en todos los órdenes y las relaciones con Francia, sobre todo en el terreno cultural y científico, proseguían tan intensas como durante el porfiriato, y el extremo afrancesamiento de las costumbres no había cedido completamente, todavía, al empuje de los movimientos nacionalistas que la pintura, antes que las demás expresiones, estaba en proceso de fomentar.

El desafortunado incidente que suscitó pocos años atrás el General Villa (el rapto de una ciudadana francesa de un hotel) no tuvo consecuencias en estas excelentes relaciones. Se fundó en esos años una sociedad Franco-Mexicana de intercambio cultural y científico por medio de la cual se obtuvo el apoyo para que la Embajada de Francia cursara la invitación al célebre Profesor de la Sorbona y del Colegio de Francia. El motor de tal invitación fue el Doctor Enrique O. Aragón (1880-1942), uno de los pocos “alienistas” con que contaba México en aquella época. Era un médico muy distinguido, de una cultura muy amplia, de un verbo elegante y preciosista, que conocía de una manera muy profunda la evolución del pensamiento psiquiátrico y psicológico de su tiempo. Organizó y dirigió durante 26 años un Laboratorio de Psicología Experimental que montó en la Facultad de Filosofía y Letras, y que era uno de los más completos de su género en el continente. Tras la renuncia de Manuel Gómez Morín a la Rectoría de la Universidad, en octubre de 1934, Aragón fue electo Rector sustituto del 27 de octubre al 26 de noviembre de ese mismo año, debido a que entonces él fungía como Director de la Facultad de Filosofía, tal como lo señalaba el estatuto vigente.

Desde que se anunció el viaje de Pierre Janet, la prensa mexicana le dedicó diariamente su interés lo que colaboró a crear en la opinión pública un ambiente expectante y de admiración por el visitante, que se tradujo en el nutrido número (más de 300 personas) que asistieron al curso libre que dictó en la Universidad, lo que era un auditorio notable si se toma en cuenta la población de la Ciudad de México en esa época. Así, el periódico Excélsior de fecha cinco de agosto, relata la llegada del sabio a Veracruz en el vapor “Cuba”:

Es un hombre extremadamente sencillo y dice que su viaje obedece a un intercambio científico entre México y Francia, con motivo de la creación del Instituto Franco-Mexicano que ha entrado en funciones con la cooperación del fisiólogo y endocrinólogo Marcel Eugène Émile Gley (1857-1930). El Doctor Janet añadió que dará una serie de conferencias acerca del sentimiento, su función individual y su función social, su resonancia en nuestros actos y pensamientos y todo lo relacionado con esa parte del movimiento humano que tiene por base la sensibilidad y los fenómenos nerviosos. También dará conferencias sobre la naturaleza del sentimiento, la interpretación científica de las grandes perturbaciones patológicas.

Desde su llegada a la Ciudad de México Janet fue objeto de constantes muestras de admiración. Los homenajes se sucedieron unos a otros antes, durante y después del curso libre que dictó, durante su estancia de dos meses, en el Paraninfo de la Universidad, en la Calle de Licenciado Verdad. He aquí la nota del Excélsior:

HOY SERÁ RECIBIDO EL DOCTOR Y PROFESOR PIERRE JANET POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL.
El distinguido sabio francés será objeto de numerosos y merecidos homenajes. El eminente sabio quien arribó a esta capital el sábado por la noche, será recibido hoy en la mañana en la Secretaría de Educación Pública por el propio Secretario y demás funcionarios de esta dependencia del Ejecutivo.
Desde su arribo a México, el distinguido huésped ha sido visitado por numerosos miembros de la colonia francesa, en su alojamiento del Hotel Palacio, habiéndole ofrecido, en su residencia, una comida el Excelentísimo Señor Jean Perier, Ministro de Francia.
También, hará el estimado hombre de ciencia, una visita a la Universidad Nacional de México, en donde el Rector, Señor Doctor Alfonso Pruneda, lo presentará a los catedráticos y alumnos de las diversas facultades, pues el Señor Profesor Janet se haya en nuestro país como invitado por nuestro gobierno para sustentar una serie de conferencias sobre psicología en una de las aulas de la propia Universidad.
Con la reciente visita del Doctor Dumas y la del Doctor Gley, eminente fisiólogo que se encuentra aún en México, ya son tres las altas personalidades científicas que en un corto período de tiempo han visitado nuestro país, siendo todas ellas de la ilustre nación francesa. Además de los agasajos que preparan al Señor Janet sus coterráneos de la colonia, la Universidad Nacional ha comenzado a organizar en su honor un gran homenaje, que se efectuará en el curso de la presente semana.
Igualmente, se nos informó que el Señor Doctor Puig Casauranc, Secretario de Educación Pública, le ofrecerá una comida en su residencia el miércoles próximo y también se le invitará para que visite los principales establecimientos educativos de esta capital.
El Doctor Janet se muestra sumamente bien impresionado de su viaje a México, habiéndose expresado en términos elogiosos sobre las bellezas de nuestro país.
No hubo sociedad académica que no lo nombrara miembro de honor, ni personalidad científica u oficial que no considerara un deber el invitarlo. No hubo día que la prensa no le dedicara unas líneas. Se organizaron banquetes, conciertos, visitas, paseos, conferencias, recitales poéticos en su honor. Fue llevado a una comida “típica” en las Fuentes Brotantes de Tlalpan en donde gustó del pulque. Un joven médico que dos años antes había presentado una tesis original comparando las teorías de Janet con el Psicoanálisis de Freud, fue comisionado para acompañarlo durante su estancia en la capital y en los viajes que efectuó a Puebla y Guadalajara: El Doctor Manuel Guevara Oropesa, quien fue el decano de los psiquiatras mexicanos.
El Doctor Aragón dictó en varias ocasiones en honor de Janet, sendas, largas y documentadas conferencias sobre la psicología y el espíritu, en donde campeaba su fácil dominio de la metáfora:
Conferencias: La Universidad Nacional de México ha organizado una serie de interesantes conferencias, como un homenaje al Excelentísimo Señor Jean Perier, Ministro de Francia, a los eminentes Doctores Pierre Janet y Eugène Gley, así como la colonia francesa residente en esta capital.
Estas conferencias serán sustentadas por el Doctor Enrique O. Aragón, Profesor de Psicología en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Facultad de Filosofía y Letras, y Miembro de la Academia Nacional de Medicina, asistiendo a ellas el Señor Doctor J. Manuel Puig Casauranc, Secretario de Educación Pública, y el Señor Rector de la Universidad Nacional.
La primera de estas conferencias se efectuará hoy, a las 19:30 horas, en el Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria y se sujetará al siguiente programa:
I. – a – La brise du printemps ; b. Les Rosées, Campa ; c. – Le Nil, Leroux. Canto, señorita Elvira González Peña, profesora del Conservatorio Nacional de Música. Piano, señor profesor Santos Carlos. Violín, señorita Micheline Reicherrt.
II.– Conferencia de Psicología. Dr. Enrique O. Aragón. “La Corriente de la Conciencia.” (La metáfora) 1.– Mitología y Poesía. Los baños lustrales. 2.– Heráclito. Apología del “devenir”. El continuo cambiar de las ondas. 3.– Leibnitz. Las pequeñas percepciones. (El inconsciente.) La dilusión. La saturación. Las profundidades del mar. 4.– Kant. La vida afectiva. El desbordamiento del agua y el ahondamiento del cauce. 5.– Schopenhauer. Voluntad y contemplación. El lago agitado y el lago quieto y transparente. El mar muerto. 6.– Maine de Birán. La vida animal, la vida humana y la vida espiritual. Las tres corrientes. 7.– Michelet y Hugo. La mujer y el recuerdo. El alta y la baja marea. 8.– Jung. El psico-análisis. El naufragio. Los restos. Lo flotante y lo sumergido. 9.– James y Titchener. Las modificaciones del espíritu y la atención. El torrente del pensamiento. 10.– Le Bon. Las multitudes. El oleaje humano. 11.– Bergson y Janet. El “yo” profundo. El buceo y las investigaciones del fondo del océano. Conclusiones. 12.– El espíritu. El color del mar.”

Ningún discurso fue tan laudatorio como el que pronunció bajo el título “La Tetralogía de la Salpetrière” al ser recibido Janet como miembro de honor de la Academia Nacional de Medicina y en donde el Doctor Aragón mostraba la evolución de la psiquiatría francesa de Pinel a Janet, pasando por Esquirol y Charcot. Tras haber comparado estos cuatro autores con otra tetralogía: Ariosto, Dante, Tasso y Petrarca, e l Doctor Aragón saludó en Janet “el espíritu sintético que, poseyendo las cualidades de sus tres predecesores, había realizado el milagro de superponer a los estudios anatomopatológicos y fisiopatológicos, los estudios de la psicología.”

Por su lado, Antonio Caso encontró en las ideas de la psicología janetiana una expresión del pensamiento de Leibnitz y una estrecha liga con Bergson.

El Presidente de la República pidió que el profesor visitante fuera invitado a la recepción del 15 de septiembre en Palacio Nacional. Al reconocerlo se aproximó hasta donde se encontraba para saludarlo con grandes muestras de respeto, lo que impresionó grandemente a Janet quien confesó que el General Calles tenía una personalidad avasalladora e imponente, que era imposible sostenerle la mirada, y que hablaba muy bien de él, el hecho de que “quisiera mantener contactos con los intelectuales europeos”.

México tenía un asilo manicomial inaugurado en 1910 por el General Díaz, con unos pocos médicos versados en psiquiatría y en psicología, pero la Universidad carecía de una cátedra de la materia. En 1897 el Doctor José Peón Contreras había dictado de manera somera un curso de psiquiatría en la Facultad Nacional de Medicina. Veinte años más tarde el Doctor José Meza Gutiérrez dictaba clases en sexto año de la carrera de medicina “con tiempo de dos horas a la semana; no había exámenes finales y se aprobaba a los alumnos que asistieran al 50% de las clases” (Ramírez Moreno, A.: La Asistencia Psiquiátrica en México, Congreso Internacional de Psiquiatría, Paris, 1950).

Así, durante la Lección Inaugural de su curso, Janet expresó una idea que habrían de tomar en cuenta, tanto el Secretario de Educación J. Manuel Puig Casauranc, como el Rector Alfonso Pruneda y el Director de la Facultad, Fernando Ocaranza: “Ninguna Universidad, ninguna Facultad de Medicina, pueden considerarse completas e ilustres si carecen de una Cátedra de Psiquiatría”. Esta fue creada el año siguiente y nombrado titular el Doctor Guevara Oropesa, teniendo como ayudante al Doctor Samuel Ramírez Moreno.

Janet reunió a los pocos especialistas y fundó la “Sociedad Mexicana para Estudios Psicológicos” con los Doctores Ezequiel A. Chávez, Meza Gutiérrez, Enrique O. Aragón y Guevara Oropesa. Llena de proyectos, la Sociedad sobrevivió tres o cuatro reuniones a la partida de Janet.

Un año después del curso sobre la “Psicología de los sentimientos”, el Doctor Aragón publicó un didáctico resumen de cada una de ellas en la Sociedad de Edición y Librería Franco-Americana, S.A. (antigua casa Bouret y Libro Francés Unidos). En 1980, cuando se inició internacionalmente una revaloración de la obra de Pierre Janet, confrontándola nuevamente con la de Sigmund Freud (su frère énnemi), iniciándose en esos años la crítica del psicoanálisis proveniente del desarrollo contemporáneo de la neurociencia, consideramos interesante la reedición del texto del Doctor Aragón. Para este efecto, el autor de estas líneas invitó al Profesor Pierre Pichot, Profesor de la Clínica de Enfermedades Mentales y del Encéfalo de la Universidad de Paris y Presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría, a escribir un Prólogo de esta nueva edición para la que preparé una Introducción con Bibliografía y Notas. Para esta revisión entrevisté, con gran provecho, al Doctor Manuel Guevara Oropesa, quien falleció a los pocos meses de haberlo visitado, y al Arquitecto Oscar O. Aragón, hijo del Psiquiatra (y autor del monumento a Obregón que se encuentra en el Parque de la Bombilla de San Ángel, en donde durante muchos años se exhibió, en un frasco con formol, el brazo del General que perdió en la batalla de León en 1915). En 1997, el FCE publicó, en su colección Fondo 2000 Cultura para todos, unos breves fragmentos de este volumen. Las ideas que Pierre Janet expresó en su curso de la Universidad de México en 1925, los desarrolló ampliamente en su obra monumental “De la Angustia al Éxtasis”, de 1926, cuyos dos volúmenes publicó el FCE en 1991, en traducción de Juan José Utrilla y revisión técnica de Héctor Pérez-Rincón, dentro de la colección de Psicología, Psiquiatría y Psicoanálisis, que dirigía en ese tiempo el Doctor Ramón de la Fuente Muñiz.

En 1959, al cumplirse el centenario del nacimiento de Janet, la revista L’Évolution Psychiatrique publicó un número especial de homenaje. Su hija escribió el artículo “Algunas notas sobre su vida” donde relata su estancia en el país:

Hizo a México un viaje particularmente pintoresco. Fue a dar una serie de cursos para esa organización de intercambio de profesores de la que se ocupaba George Dumas. Fue recibido con manifestaciones exuberantes y un poco inocentes que le encantaban. Debió hablar en el teatro de una pequeña ciudad en donde los palcos que daban hacia el exterior estaban invadidos por los indígenas y tuvo que pedir a la orquesta que lo esperaba que tocara antes y después de su conferencia y no durante ella como parece ser que estaba previsto.
Durante su viaje de regreso, los delegados de todas las sociedades médicas y paramédicas de una ciudad que atravesaba su tren al caer la noche vinieron a saludarlo a la estación. Mi padre y mi madre, sobre el estribo de su vagón, escucharon discursos, recibieron mensajes conmovedores sobre un hermoso papel de encaje, todo tipo de regalos, y cuando el tren avanzó, las damas de la ciudad lanzaron bajo las ruedas del vagón ramos de rosas. Él era naturalmente sensible a tan calurosas manifestaciones que contaba de manera animada y divertida, subrayando siempre su placer de ver que esa gente había querido mostrar su simpatía a un francés.

Cuando en 1946 el Doctor Guevara Oropesa visitó en Paris al nonagenario Janet, encontró que en la terraza de su departamento de la Rue de Varenne, el anciano profesor, cuyo hobby había sido siempre la botánica, tenía un cultivo de peyote (lophophora williamsii) que había llevado de México 21 años atrás. Su visitante, sorprendido, le hizo saber que en México tal cultivo estaba prohibido. El psicólogo Henri Piéron, yerno de Janet, que comía ese día con ellos, exclamó: -¡En Francia también!, mientras Janet reía a carcajadas.


* María Enriqueta Camarillo y Roa de Pereyra, fue una ilustre veracruzana que destacó como pianista, poetisa, traductora, novelista y dramaturga. Se casó con el historiador y diplomático Carlos Pereyra en 1898 y vivió muchos años en Europa en donde publicó algunas de sus obras. Fue autora de unos libros de texto para la primaria titulados “Rosas de la Infancia”, en los que estudiamos varias generaciones de niños mexicanos. España le otorgó dos distinciones muy altas, en 1947 la Orden de Isabel la Católica, y en 1948 la Orden de Alfonso X el Sabio. En 1951 fue nominada al Premio Nobel de Literatura, seguramente inspirados sus postulantes en el otorgado en 1945 a Gabriela Mistral. Murió en 1968, demenciada y en la miseria, sin recibir algún apoyo del gobierno.

REFERENCIAS

Aragón, E. O. (1943). Mis 31 años de Académico (Tomo primero, Trabajos de Neurología y Psiquiatría). Ed. Priv.

Janet, P. (1980). Psicología de los sentimientos (Curso dictado en la Universidad de México en 1925). Versión del Dr. Enrique O. Aragón, Prólogo de Prof. Pierre Pichot, Edición, Introducción, Bibliografía y Notas de Héctor Pérez-Rincón. Offset Urpe, México,

Postel, J., & Quétel, C. (Comps.) (1987). Historia de la Psiquiatría [F., González Aramburu (Trad.); Héctor Pérez-Rincón (Rev. Téc,)]. Fondo de Cultura Económica.

Janet, P. (1991). De la angustia al éxtasis [J. J. Utrilla (Trad); H., Pérez-Rincón, (Rev. Téc.)] (Colección de Psicología, Psiquiatría y Psicoanálisis). Fondo de Cultura Económica (Obra original publicada en 1926).

Janet, P. (1997). Psicología de los sentimientos, Fondo 2000.

Pérez-Rincón, H. (1978). Une page d'histoire de la Psychiatrie : le passage de Pierre Janet à Mexico en 1925. "Psicología de los Sentimientos", un texte très peu connu. Neurologie-Psychiatrie. 20, 3-5.

Pérez-Rincón, H. (1987). Le Mexique. En Nouvelle Histoire de la Psychiatrie, Sous la direction de Jacques Postel et Claude Quétel. (2a ed. pp. 63-572). Dunod.